Zenit 11, mi primera cámara

Mi primera cámara no fue ni Canon ni Nikon, sino Zenit. Concretamente el modelo 11 de la marca rusa. Fue un regalo de mi madre cuando tenía 13 ó 14 años. Creo que costó unas 7.000 pesetas.

Zenit 11

Es una cámara sencilla que venía con un objetivo de 50 mm f/2, sin las florituras de las cámaras actuales. Ni siquiera tiene enfoque automático, que no existía en ese momento. Una cámara ideal para alguien como yo que se iniciaba en la fotografía.

A veces, cuando alguien me pregunta qué cámara comprar, me acuerdo de mi vieja Zenit y les respondo que la réflex más barata. Para mí es suficiente que sea réflex y que tenga modo de exposición manual. Los que me conocen saben que soy un defensor de usar este modo. Conocer la exposición, la relación entre apertura de diafragma y el tiempo de exposición, y el conocimiento de los efectos creativos (profundidad de campo y de congelar o sugerir movimiento) que poseen el uso de ambos parámetros es la base fundamental con la que asentar conocimientos posteriores. Al principio es difícil acostumbrarse a medir en manual, entender y aplicar la Ley de Reciprocidad, entender cómo funciona el fotómetro de nuestra cámara; pero, una vez aprendido, los beneficios serán muchos. Usar los modos automáticos está bien para ciertas circunstancias donde la situación sea una cuestión de perder la foto. Aún así, en mi oficio de fotoperiodista, sigo trabajando en manual y son poquitísimas las ocasiones en las que he recurrido a los automatismos en la exposición. Mi vieja Zenit sólo posee modo manual de exposición, lo que me obligó a aprender de esta manera. También tengo que agradecerle a esta cámara que el dial del exposímetro me ofreciera una variedad de combinaciones apertura/velocidad equivalentes donde elegir, es decir, el valor de exposición EV para un ISO dado. Eso me permitió aprender el concepto de Ley de Reciprocidad que explico en el Curso de Fotografía Digital.

Dial del fotómetro de la Zenit 11, donde se aprecian las combinaciones equivalentes de EV

Con demasiada frecuencia, los fotógrafos hablamos sobre cámaras, objetivos, gadgets, que si mi cámara tiene esto o lo otro…infinidad de detalles que en algunas ocasiones no son más que pura estrategia comercial de las marcas. En otras ocasiones, no cabe duda de que son una buena ayuda como ocurre con el autofoco, modos de medición (puntual, central, matricial), balance de blancos, histrograma, rango dinámico… Luego, aprende las reglas básicas de composición, cómo funciona nuestro ojo y cómo nuestro cerebro procesa esa información, por qué unas imágenes nos parecen más tranquilas que otras, por qué nuestra mirada se dirige a un punto y cómo guiar al espectador a través de nuestras fotografías, los colores, cómo conseguir más profundidad en las imágenes….En definitiva, conocer los porqués de las cosas y reunir esos elementos para conseguir un sólo fin: hacer sentir con nuestras fotografías.

Mira la foto y contesta a ti mismo: ¿por qué la luz ayuda a la composición? ¿qué elementos se han incluido?, ¿qué otros se han descartado?, ¿que hay del enfoque?, ¿y el color? ,... y finalmente ¿qué sentimientos te sugiere la imagen, el momento? Foto: Ramón de la Rocha

Manual de la Zenit 11 (en inglés)